lunes, 29 de febrero de 2016

RAREZAS EN GALICIA

Los pasados días 12, 13 y 14 de febrero, un grupo de ocho intrépidos pajareros se aventuraron, guiados de la mano de Spainbirds y Santi Villa, en un viaje monotemático dedicado especialmente a las rarezas que se pueden observar en esas fechas en la costa norte de la península. Especial ilusión me hacía esta incursión, por dos motivos principales: uno ornitológico, pues no había pajareado nunca en tierras gallegas y no podía perder la oportunidad de hacerlo en un enclave tan especial, y otro personal porque es la tierra natal de mi abuelo, y se me había pasado por la cabeza varias veces tirar hacia el norte pero nunca fructificaron esos planes. Así que esta ocasión la pintaban calva, además las fechas eran las mejores para ver, o intentarlo al menos, las especialidades que casi todos los años se dejan ver por ahí. Fue ver el programa de excursiones de Spainbirds y darme cuenta de que, si tenía que elegir un solo viaje, era ese. Incluso los días previos, viendo la malísima climatología que nos iba a acompañar, el viaje salió adelante.

Día 12

Partimos temprano desde Madrid, a eso de las 7 de la mañana, para aprovechar el día, y quitarnos tráfico ya que teníamos muchos kilómetros por delante. Nuestra primera parada no era en Galicia, era en la vecina Asturias, concretamente en el embalse de San Andrés, donde se estaban observando las primeras rarezas del viaje: un cisne cantor y dos ánsares nivales. Alcanzamos nuestro destino por su orilla sur y localizamos rápidamente el cisne. Siguiendo una carretera llegamos a un observatorio entre malezas donde nos refugiamos de la lluvia y pudimos disfrutar tranquilamente de los lejanos ánsares. Gracias a los telescopios, pudimos ver los detalles como las primarias negras o los picos y patas rosadas. Volviendo por la misma carretera, esta vez sí, le dedicamos también un rato al cisne cantor, que apenas se movió del sitio, permitiendo detalladas y fructíferas observaciones. Cumplidos los dos primeros objetivos, dedicamos también unos minutos a deleitarnos con otras aves en los prados cercanos, como zorzal alirrojo, común o bisbitas pratenses.



Cisne cantor Cygnus cygnus



Ánsar nival Anser caerulescens


En la cercana Gijón probamos suerte con la gaviota de Delaware, un clásico del lugar, pudiendo observarse en fechas invernales en el parque Isabel La Católica y la playa de San Lorenzo. Por ahí estuvimos buscando sin fortuna. A cambio, pudimos entretenernos con gaviotas reidoras, cabecinegras, sombrías, patiamarillas, un primer invierno de cana y un halcón peregrino que nos sobrevoló al inicio del paseo, además de martín pescador, correlimos oscuro, vuelvepiedras y varias lavanderas blancas de la subespecie yarrelli. Comimos en el mismo paseo, cuando la incesante lluvia nos dio un respiro. El último destino del día era Soto de Nalón, donde días antes descubrieron un escribano pigmeo. No contábamos mucho con encontrarlo pues hacía días que no se citaba pero, es que además, el acceso al lugar exacto estaba anegado, imposible pasar, ni siquiera a pie. El ratito que estuvimos barajando opciones, lo más destacado fue un precioso macho de camachuelo común alimentándose en la frondosidad de un cercano árbol. Con las nubes acechando agua y cayendo la noche, dimos por finalizada la jornada y nos dirigimos a nuestro hotel en Ribadeo, donde disfrutamos de una excelente cena y un merecido descanso.



Gaviota cabecinegra Larus melanocephalus
adulto en plumaje invernal


Día 13

Después de un buen desayuno, abandonamos nuestro hotel (pinchad en el enlace aquí) muy recomendable, por cierto, para dirigirnos a dos destinos clásicos para observar rarezas, sobre todo gaviotas norteñas: Burela y San Ciprián. Estos dos lugares, viendo las citas tan interesantes que presentan todos los inviernos, estaban en mi lista de destinos para una escapada de fin de semana. Además, estas dos poblaciones están conectadas con FEVE, siendo el acceso mucho más sencillo. Empezamos la mañana en Burela, concretamente en su puerto lonja, donde no faltaban las citas de gaviotas "blancas". De hecho, nada más bajar del vehículo, una gaviota hiperbórea nos cruza por encima siguiendo la línea de costa hacia el oeste. Nos dedicamos a recorrer parte del puerto buscando citas, encontrando un primer invierno de gaviota polar junto a varias gaviotas patiamarillas y un par de gaviones atlánticos. Ni se inmutó ante nuestra presencia y la tuvimos bien cerquita. Casi cuando nos íbamos, una gaviota hiperbórea apareció cerca de la costa para cerrar la jornada allí. Varias alcas también nos mantuvieron entretenidos durante nuestra estancia en el puerto.



Gaviota polar Larus glaucoides glaucoides
primer invierno



Gaviota hiperbórea Larus hyperboreus



Alca común Alca torda



Gavión atlántico Larus marinus
tercer invierno


A pocos kilómetros, San Ciprián como siguiente destino. En este lugar es donde se citaba principalmente la megarareza gaviota esquimal, principal objetivo al apuntarme al viaje. Desgraciadamente no se ha citado aun esta temporada. Una pena, pero es una excusa (vaya excusa) para organizar otra salida allí. Merecerá la pena, sin duda. Como compensación, además de la belleza de la pequeña ría, su pequeño puerto y sus vistas mar adentro, lo más destacado fue un cuarto invierno de gaviota argéntea europea en el citado puertecillo. Un reparador café calentito nos daba fuerzas para afrontar el plato fuerte del día. Un par de asomos a Portiño de Morás (para colimbos) y O Vicedo (para gaviota cáspica) dejaban resultado negativo, así que aprovechamos para comer en un pequeño y coqueto restaurante en el puerto de esta última localización, gracias a la amabilidad de su dueño, comprobando de primera mano la amabilidad y la buena disposición de sus gentes para que estuviéramos como en casa. No fue el único ejemplo, y en ese sentido me volví encantado.



Gaviota argéntea europea Larus argentatus
cuarto invierno


Después de comer y un reparador café, partimos hacia Cariño, otro destino mítico para la observación de rarezas, destacando nuestro objetivo allí, una gaviota de Bonaparte que lleva varios inviernos apareciendo en su playa. Esta ave era otro de los objetivos fundamentales del viaje y lo cumplimos con creces. Llegamos con una buena tromba de agua pero el ansia pudo con nosotros y nos asomamos a la playa para que José la localizara al fondo de la playa, lejos de nuestra posición. Nos acercamos con el vehículo hasta allí y, esta vez sí, la pudimos observar de lujo: posada, en vuelo... Una gozada. Otro objetivo cumplido, aunque nos costara una buena chupa de agua. La lluvia dio una tregua y en ese momento tuvimos las mejores observaciones. Además, varios miembros del RARO 2016 se asomaron a nuestra posición y, además de las pertinentes presentaciones y las tertulias a pie de campo, todos pudimos deleitarnos con la gaviota yanqui y algunas observaciones de interés. Con el cansancio en el cuerpo, además de varios litros de agua, nos dirigimos a nuestro hotel en Arteixo (el enlace, aquí).



Gaviota argéntea europea Larus argentatus
segundo invierno



Gaviota de Bonaparte Larus philadelphia
adulto en plumaje invernal


Día 14

Último día de rarezas en el norte peninsular. La playa de A Matadoiro no estaba muy lejos y hacia allá nos dirigimos para intentar localizar el primer objetivo del día. Una fuerte pero, por suerte, breve granizada retrasó la salida del vehículo pero cuando escampó pudimos empezar. Santi la localizó en vuelo y la perdimos de vista al otro lado de la costa así que para allá que nos fuimos. Volvimos a localizarla posada en una rocas en la zona externa de la costa, algo lejos, pero bien observada a través de los telescopios. La mañana se prolongó quizás más de lo previsto porque fue apoteósico. No solo por la kumlieni, sino porque el temporal en el mar, vivido en primera persona, fue una pasarela de aves como pocas veces habremos vivido. Los alcatraces nos pasaban por encima, ¡menudo desfile de gaviotas tridáctilas delante nuestro!, nuestra protagonista en vuelo, págalos grande y parásito... no sé si se me olvida algo pero la mañana creo no podía haberse dado mejor.



Gaviota groenlandesa Larus glaucoides kumlieni
primer invierno



Alcatraz atlántico Sula bassana



Gaviota tridáctila Rissa tridactyla
adulto en plumaje invernal



Págalo grande Stercorarius skua



Págalo parásito Stercorarius parasiticus


Pocos objetivos y poco tiempo teníamos ya, el reloj iba en nuestra contra. A pesar de que el viaje variaría en función de lo que se dejara ver en esos momentos, había tanto que ver que nos faltaban días, que no ganas para poder abarcarlo todo, con lo que tuvimos que desistir de algunas especies realmente interesantes como una kum adulta, aguja escolopácea, cerceta de Carolina... pero los últimos coletazos de este genial viaje los íbamos a aprovechar. La primera parada fue en los prados de Nemiña para bisbita de Richard. Objetivo cumplido. La playa de Nemiña y la piscifactoría de Lires eran los siguientes lugares a visitar para una gaviota argéntea americana adulta que se ha aquerenciado allí desde hace unos inviernos. Desgraciadamente no tuvimos fortuna ese día, y eso que la buscamos bien visitando esos lugares varias veces. Una lástima porque era uno de los platos fuertes del viaje. El tiempo se nos echaba encima y aun teníamos una bala en la recámara: serreta grande en el embalse de Fervenza. Por suerte, nos pillaba de camino ya para Madrid, los accesos estaban bien para el vehículo, lo que nos permitió un vistazo a la lámina de agua. Al rato, Santi la localiza entre azulones en el centro del embalse. La larga distancia y el contraluz no permitieron una foto ni siquiera testimonial pero sí buenas observaciones gracias a los telescopios. Habíamos cumplido la mayoría de los objetivos y era ya hora de volver a Madrid. Quedaba un largo viaje por delante y las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, como pudimos comprobar aun en tierras gallegas, con un temporal de nieve como no había visto en años. Lentos pero seguros, llegamos a la capital con retraso pero bien, que es lo que importa. Gracias al grupo, a Ana, José, Fernando, Joan, Nati, Ramón y, sobre todo, Santi por hacer de este viaje algo especial, soñado, alegre y en el que hemos disfrutado de paisajes, aves y gente, que hacen queramos repetir de nuevo. ¿Quién se apunta? 

Gracias por seguir el blog, intentaremos estar al pie del cañón con nuevas aventuras. Un saludo.




lunes, 8 de febrero de 2016

COLLALBA DESÉRTICA Y DÍA EN TABLAS Y NAVASECA

Día completo el pasado 31 de enero con Félix y Rodrigo. El plan inicial era visitar las Tablas de Daimiel por la mañana y la laguna de Navaseca pero la aparición de la collalba desértica en Sonseca trastocó un poco los planes y surgió la idea de, al menos, intentarlo. No costó mucho localizarla al lado del punto limpio, en un área de almendros recién plantados. La disfrutamos en sus idas y venidas durante buena parte de la mañana, hasta que un cercano disparo (día de caza en la zona) hizo que huyera al interior del punto limpio, hecho que aprovechamos para irnos de la zona y llegar a Tablas con el tiempo justo de recorrerlas y comer por allí.




Collalba desértica Oenanthe deserti


Gran decepción en Tablas, pues hacía tiempo que no las veía tan sosas. Como más destacado, un cuarteto de grullas en vuelo, varios bandos de ánsares comunes, un bandito de bigotudos oídos brevemente y la visión fugaz de un cercano rascón. Intentamos sin éxito localizar un dormidero de búho chico que Santi nos mencionó días atrás. Pues estaba claro lo que había que hacer a continuación: a la laguna de Navaseca.




Focha común Fulica atra


Que diferencia con Tablas. Buen movimiento de aves y, sorprendente, varias novedades en la zona. Una red de observatorios a lo largo del perímetro de la laguna, incluida la zona inundable al otro lado de la carretera, con paneles informativos y mejora de los caminos de tránsito y acceso. Un mejora que indica la buena disposición del lugar para el observador de aves y los que aman la naturaleza. ¡A ver cuánto duran!

La verdad es que vimos y oímos aves muy interesantes, con lo que pasamos una gran tarde de pajareo. Destacaré el buen número de anátidas, incluyendo algunas malvasías cabeciblancas y una hembra de porrón pardo. Varios aguiluchos laguneros, avefría europea, tarro blanco, agachadiza común, un bando de más de 50 combatientes, martín pescador, escribano palustre, pechiazul o gorrión moruno son solo algunas muestras de lo que pudimos observar aquella jornada vespertina. Y, sorpresa, al menos una golondrina común y dos aviones comunes en vuelo sobre la laguna. La primavera está a la vuelta de la esquina. 




Aguilucho lagunero occidental Circus aeruginosus



Gorrión moruno Passer hispaniolensis



Pechiazul Luscinia svecica


Como colofón, un inmejorable atardecer de rojo intenso, como la compañía y las observaciones de esta nuestra pasión, y con la idea de otra visita ya entrada la primavera.




Atardecer en Navaseca
© Rodrigo Jiménez


Gracias por pasaros por aquí. ¡Hasta pronto!